Se estima hoy que la incidencia de accidentes relacionados con esta actividad sería cercana al 0.04%, o sea que uno de cada 4000 buceos resultaría en algún tipo de accidente.
Entrenamiento y buceo
El buceo es una actividad deportiva - recreativa, segura, estudiada y con riesgos inherentes como cualquier otra actividad. Se estima hoy que la incidencia de accidentes relacionados con esta actividad sería cercana al 0.04%, o sea que uno de cada 4000 buceos resultaría en algún tipo de accidente (desde un barotrauma hasta una enfermedad disbárica), pero esto es por ahora sólo una presunción, puesto que todavía no tenemos datos realmente confiables.
Hace un tiempo el entrenamiento de los buzos era exclusivamente militar y conforme los años pasaron hubo mayor participación civil hasta que la actividad se fue transformando en lo que conocemos hoy día. Es lógico pensar que en los años en los que el entrenamiento era netamente militar, con un desarrollo tecnológico medianamente pobre, el entrenamiento de un buzo era principalmente físico - dependiente, y que hoy con el advenimiento de la tecnología en esta disciplina la actividad se ha hecho mucho más equipo - dependiente, involucrando a nuevos grupos etários y haciendo la actividad mucho más heterogénea. Si bien estamos de acuerdo en que un entrenamiento militar a todo buzo recreativo es un exceso, a veces la industria cae en un rentable pero caro facilismo, mucho mas de lo que algunos nos gustaría.
Reportes de Accidentes
De acuerdo a los últimos Reportes de Accidentes de Buceo y Fatalidades publicado por Divers Alert Network, encontramos ciertas estadísticas que nos llaman mucho la atención y que se vienen repitiendo con los años. Las mismas no hacen mas que reafirmar lo que muchos sospechamos y otros no queremos ver.
Entre estas estadísticas encontramos que una de las causas más frecuentes de problemas que resultaron en accidente fueron los problemas de flotabilidad, los problemas relacionados con la mala o la nula planeación, problemas con la mala utilización del equipo o el desconocimiento de su funcionamiento. Así como la mayor incidencia de accidentes con el uso de computadoras de buceo.
De la misma manera es de llamar la atención que los accidentes suceden en ambos polos de la comunidad, los buzos novatos por inexpertos y extrañamente en los expertos. También hay un gran desconocimiento de las mismas enfermedades disbáricas o bien se menosprecia su gravedad.
Control de flotabilidad
La flotabilidad es una habilidad básica a ser dominada ya desde el momento en que un buzo se certifica. Todos deberíamos saber que un buzo no se hace en una semana, así como Ayrton Senna Da Silva no se hizo campeón de Formula Uno el día en que se le otorgó su licencia de conducir. No pretendamos que todos los buzos terminen su curso básico con las habilidades de un campeón, es cierto que la práctica los perfeccionará. Pero existen ciertas habilidades que debemos asegurarnos que sean dominadas a la hora de certificar a un alumno, por su seguridad y la de los demás. Es entonces penoso ver que más del 40% de los accidentados reportaron haber tenido problemas de flotabilidad.
De los problemas de equipo que resultaron en accidentes fatales un 14% de estos fueron entre el regulador y el chaleco compensador, mismos problemas que con un equipo en buen estado simplemente no deberían de suceder. Pero tampoco sabemos si fue el equipo el que falló, o el buzo que no sabe utilizarlo. Dejemos como conclusión el beneficio de la duda.
Otro punto importante que llama nuestra atención es que los accidentes suceden tanto en los buzos inexpertos como en los expertos. Un 26% de los accidentados tenían menos de un año en la actividad, cosa que no es de extrañar ya que la falta de experiencia y tal vez un mal aprendizaje puedan ser la causa, esto es algo predecible y hasta cierto punto aceptable en cualquier tipo de actividad. Dicha incidencia va decreciendo de manera lógica conforme van ganando años en la actividad. Pero encontramos que en buzos con mas de 10 años de experiencia, la incidencia de accidentes fatales se dispara a un 35%, lo que nos invita a pensar entre otras cosas a un caro exceso de confianza, a largos tiempos sin bucear, a edad avanzada, a la carencia de exámenes médicos idóneos para la edad del buzo, etc.
Planificación del buceo.
Planifica tu buceo y bucea lo planificado, probablemente muchas veces hemos escuchado esta frase y hasta lo hemos dicho. Pero vemos que el 73% de los accidentes fueron realizados con computadora de buceo contra un 20% realizado con tablas y un 7% sin planificación alguna, únicamente dependiendo de la supuesta planificación de su guía. Ahora en ese 73% no sabemos si fue planificado o no con su computadora propia. Esperamos que así halla sido, pero eso solo un análisis de la conciencia de cada buzo lo podrá determinar. En nuestra experiencia personal vemos que muchos de los buzos desconocen a fondo el funcionamiento de su computadora y a veces hasta su operación básica. No es posible que un modelo matemático este sustituyendo al sentido común.
La computadora no sabe que el hacer más de dos buceos al día no es recomendado, un buzo debería saberlo. De alguna manera sacrifica seguridad por número y/o profundidad de buceos, nos hace bucear al límite.
¿Qué estamos haciendo?
Vemos que la falta de entendimiento y conocimiento de las enfermedades disbáricas, así como la falta de atención a la gravedad de los síntomas, se traduce en un retraso entre la aparición de los síntomas y la búsqueda de atención médica especializada. Un 55% de los accidentados buscan ayuda dentro de las primeras 24 hs., un 24% entre las 24-72 hs., entre las 72-96 hs. Ya solo un 6% y va disminuyendo conforme pasa el tiempo, pero existe un asombroso 11 % que inexplicablemente busca ayuda hasta después de 120 Hs. posteriores al inicio de síntomas. Esto llama más la atención si tomamos en cuenta que tal vez casi el 80% de los síntomas suelen estar instalados dentro de las primeras 2 Hs. posteriores al buceo.
Ahora ciertamente podríamos mejorar esta penosa realidad incrementando el entrenamiento y conocimiento de los buzos por medio de programas educativos, cursos y talleres dirigidos a todos aquellos que tengan de una u otra forma relación con nuestra actividad. Mejorar, aumentar y perfeccionar el conocimiento de los buzos ya formados, crear nuevos buzos con mayores y mejores conocimientos y mejores técnicas. También consideramos que es vital afianzar en la comunidad el conocimiento de las enfermedades disbáricas, de primeros auxilios con oxígeno, y su tratamiento hiperbárico definitivo. Para poder mejorar el nivel de entrenamiento es necesario que los instructores posean mucho más conocimiento y que dominen mucho mejor la pedagogía y la didáctica por que no todo buen buzo necesariamente será un buen instructor, ¿o si?
Creemos estar a tiempo para pensar, reflexionar, y eventualmente cambiar. Para poder cambiar hay que analizar claramente qué estamos haciendo y para ello hay que detenerse y mirar el camino recorrido y repreguntarnos hacia donde queremos ir.
Podemos así plantearnos algunas preguntas que pueden ayudarnos a mejorar:
- ¿Estamos haciendo lo correcto en cuanto al entrenamiento que ofrecemos?
- ¿Son nuestros buzos lo que queríamos que fueran?
- ¿Realmente pensamos que nuestros programas de entrenamiento son igualmente efectivos a pesar de la flexibilidad que las agencias certificadoras nos permiten?
- ¿Una semana de información implica una semana de asimilación de esta información?
- ¿Formamos o informamos?
- ¿Qué estamos haciendo para mejorar la seguridad de nuestra actividad?
Cada uno de nosotros tendrá la respuesta y la capacidad para cambiar las cosas dentro de nuestro contexto, y todos juntos podremos hacer la diferencia, haciendo del buceo realmente una actividad segura con el entrenamiento que de por si requiere.
Alias: mnochetto